Los caminos de David Espinar y Ronaldo Nazário se cruzaron en 1996. El primero era un periodista que seguía la actualidad del FC Barcelona y el segundo una naciente estrella del fútbol mundial de 19 años. Una conexión más o menos cercana de la que acabó saliendo una colaboración profesional que continúa hasta hoy. Espinar fue el hombre al que el astro eligió para ayudarle a dirigir luego su carrera en Milán y en Madrid, como asesor personal, y al que acudió hace dos años para que le acompañara en su mayor reto después de colgar las botas: la presidencia del Real Valladolid CF. “Hacía diez años que no trabajábamos juntos. Fue todo un orgullo que confiara en mí para este proyecto”, explica el que desde 2018 ejerce como director del Gabinete de Presidencia del club blanquivioleta.
El Real Valladolid CF presidido por Ronaldo se ha convertido en un caso de éxito de gestión en un fútbol español golpeado por la pandemia. Su secreto ha sido aplicar a rajatabla el principio que rige el control económico de LaLiga: no gastar más de lo que se prevé ingresar