La pandemia de coronavirus ha dificultado la libertad de viajar y ha convertido algunos recorridos en auténticas odiseas. Es lo que ha vivido una familia del sur de Estados Unidos, los Marchessaults, residentes en Georgia. La madre y los dos hijos querían cumplir un sueño: reunirse con el padre, un militar destinado en Alaska. Los separaban unos 6.700 kilómetros, pero también las restricciones impuestas por la covid-19 y, como pudieron comprobar cuando ya habían superado el ecuador de su aventura, también el crudo invierno.
Un voluntario de un remoto pueblo de Canadá condujo durante dos días el vehículo de una familia de estadounidenses exhaustos tras un viaje de varios días lleno de sobresaltosRead MoreÚltimas noticias | EL PAÍS