El PSOE pone hoy fecha para el 40º Congreso que celebrará a mediados de octubre con la vista puesta en que sea un espaldarazo para Pedro Sánchez cerca del ecuador de la legislatura, pero sobre todo que deje atrás la pandemia. El propio Sánchez ha asegurado que este año será el de la «vacunación y la recuperación» y se ha mostrado confiado en que España consiga «superar» el 70% población inmunizada en verano. El líder socialista ha aprovechado su intervención ante el Comité Federal del partido para reivindicar ese proceso puesto en marcha como un ejemplo de «solidaridad» frente al «privilegio» cuando se ha conocido un goteo de cargos públicos que se han saltado el protocolo. Además, el acto celebrado de forma semipresencial en Barcelona ha supuesto el pistoletazo de salida de la campaña de las catalanas y el presidente ha lanzado una advertencia al independentismo: «Es inútil que sigan intentando trucos: cuando ha llegado su hora se puede aplazar el cambio, pero no se puede impedir el cambio. Y el cambio se llama Salvador Illa». También ha aprovechado para reivindicar al PSOE como la izquierda posibilista y ha enviado varios recados a Pablo Iglesias, entre ellos una puesta en valor del «verdadero» exilio ante sus palabras sobre la salida de Carles Puigdemont: «El sacrificio y la resistencia de ayer son la base de nuestra democracia de hoy».
Ante el máximo órgano de los socialistas, Sánchez ha admitido que las cosas se podrían haber hecho «mejor» -con respuestas más «veloces» o mayor eficacia en las ayudas- ,pero ha reivindicado la labor del Ejecutivo durante la emergencia sanitaria así como la puesta en marcha de un «escudo social» para proteger a los ciudadanos. «Ningún Gobierno, de ningún color estaba preparado para la pandemia», ha defendido el presidente, que ha asegurado que deja «enseñanzas» de las que aprende y reivindica, como «la fortaleza del estado de bienestar o la necesidad de unos recursos públicos consolidados». En ese sentido, ha recordado que la respuesta en esta ocasión ha sido distinta a la de otras crisis: «Hemos roto con el marco de la austeridad».
En todo caso, ha hecho un discurso basado en la «esperanza» que supone la vacuna frente a la COVID-19. «Debemos impulsarla con toda nuestra fuerza», ha expresado el secretario general del PSOE, que ha asegurado que «simboliza progreso frente a superstición», «ciencia frente a ignorancia» «servicio público frente a dinero», «Europa frente a egoísmo nacionalista» y «esperanza frente a miedo». En medio de esa enumeración, Sánchez ha señalado que supone, además, «solidaridad frente a orden de privilegio».
Esas palabras se producen un día después de que el PSOE haya reclamado la dimisión a sus cargos públicos que se salten en orden de vacunación, como ha ocurrido con un puñado de ediles. La organización les ha suspendido cautelarmente de militancia, pero les pide que vayan un paso más allá renunciado a su puesto público. La petición se produjo mientras la ministra de Defensa, Margarita Robles, espera las explicaciones del Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Miguel Ángel Villarroya, que se vacunó dentro de un proceso que ha puesto en marcha las Fuerzas Armadas y que contempla la administración de la vacuna al personal sanitario militar y «supuestos excepcionales» que el Ejecutivo no aclara. De momento, Interior ha cesado al Guardia Civil que se benefició de ese procedimiento.
Los socialistas han elegido Barcelona para la celebración de ese cónclave a las puertas de las elecciones catalanas y Sánchez ha aprovechado para ensalzar la «generosidad» de Miquel Iceta por apartarse y dejar paso a Salvador Illa al considerar que tiene más posibilidades de llegar a la Generalitat. «Quien tenía derecho a ser candidato renunció a serlo y quien no aspiraba ello lo aceptó sin ambicionarlo. Eso se llama generosidad», ha alabado. «Illa es el hombre que Catalunya necesita», ha expresado Sánchez, que ha lanzado varios dardos a los independentistas al asegurar que la pretensión del todavía ministro de Sanidad es «servir a los catalanes y no servirse de los catalanes».
Sánchez se ha referido con nitidez al intento por ahora fallido del Govern de retrasar las elecciones al 30 de mayo. «Se ha discutido mucho de fechas, son lo de menos, lo importante es el respeto a las reglas democráticas», ha dicho el presidente después de que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya haya suspendido el aplazamiento: «Es inútil que sigan intentando trucos: cuando ha llegado su hora se puede aplazar el cambio, pero no se puede impedir el cambio. Y el cambio se llama Salvador Illa». Sánchez se ha deshecho en halagos para el candidato del PSC: «Es un hombre sensato, trabajador, inteligente y sobre todo un hombre bueno».
También la intervención del líder del PSC, Miquel Iceta, ha sido en abierto y ha aprovechado para apostar por la gestión de Illa frente a un «Gobierno dividido y sin rumbo». «El próximo 14 de febrero la elección es clara: o president Illa o más decadencia, más incompetencia y más de lo mismo. Salvador, no solo es compañero y amigo, que sería más que suficiente, es el presidente que quiero para Catalunya, es el presidente que Catalunya merece, el president que Catalunya necesita -ha afirmado Iceta-. Tendremos una oportunidad única para recuperar el tiempo perdido para tener un país mejor, una Catalunya de primera, para hacer bien lo que hemos hecho mal». «Siempre hemos querido una Catalunya de primera y con Illa la tendremos. Ahora nos conviene a todos Salvador Illa», ha zanjado Iceta.
Illa ha confirmado que en los próximos días se centrará «al 101%» en la campaña -abandonará el ministerio cuando arranque formalmente- y ha apelado por la unidad frente a la división en Catalunya: «No pienso perder ni un minuto en reproches sobre lo que ocurrió, voy a dedicar todo mi tiempo a lo que podemos hacer los catalanes unidos». El aspirante del PSC ha apostado por intentar seducir al electorado que los socialistas han perdido en los últimos años y también al que nunca les ha votado y se ha situado como «el candidato de toda la gente que quiere pasar página y que quiere avanzar». «No pienso ajustar cuentas con nadie, creo en una Catalunya sin revanchas», ha expresado.
«La última ha sido una década en balde, perdida y todos hemos salido perdiendo. Nadie debe sentirse orgulloso de lo que ha sucedido. La solución no vendrá de una parte arrollando a la otra sino de un sentimiento superador, reparador, que venga de lo más profundo de nosotros mismos. La división nos ha debilitado, en cambio, la unión nos hará fuertes frente al miedo, la decadencia y la incertidumbre que ha traído el virus», ha zanjado Illa.
El PSOE pone hoy fecha para el 40º Congreso que celebrará a mediados de octubre con la vista puesta en que sea un espaldarazo para Pedro Sánchez cerca del ecuador de la legislatura, pero sobre todo que deje atrás la pandemia. El propio Sánchez ha asegurado que este año será el de la «vacunación y la recuperación» y se ha mostrado confiado en que España consiga «superar» el 70% población inmunizada en verano. El líder socialista ha aprovechado su intervención ante el Comité Federal del partido para reivindicar ese proceso puesto en marcha como un ejemplo de «solidaridad» frente al «privilegio» cuando se ha conocido un goteo de cargos públicos que se han saltado el protocolo. Además, el acto celebrado de forma semipresencial en Barcelona ha supuesto el pistoletazo de salida de la campaña de las catalanas y el presidente ha lanzado una advertencia al independentismo: «Es inútil que sigan intentando trucos: cuando ha llegado su hora se puede aplazar el cambio, pero no se puede impedir el cambio. Y el cambio se llama Salvador Illa». También ha aprovechado para reivindicar al PSOE como la izquierda posibilista y ha enviado varios recados a Pablo Iglesias, entre ellos una puesta en valor del «verdadero» exilio ante sus palabras sobre la salida de Carles Puigdemont: «El sacrificio y la resistencia de ayer son la base de nuestra democracia de hoy».Ante el máximo órgano de los socialistas, Sánchez ha admitido que las cosas se podrían haber hecho «mejor» -con respuestas más «veloces» o mayor eficacia en las ayudas- ,pero ha reivindicado la labor del Ejecutivo durante la emergencia sanitaria así como la puesta en marcha de un «escudo social» para proteger a los ciudadanos. «Ningún Gobierno, de ningún color estaba preparado para la pandemia», ha defendido el presidente, que ha asegurado que deja «enseñanzas» de las que aprende y reivindica, como «la fortaleza del estado de bienestar o la necesidad de unos recursos públicos consolidados». En ese sentido, ha recordado que la respuesta en esta ocasión ha sido distinta a la de otras crisis: «Hemos roto con el marco de la austeridad». En todo caso, ha hecho un discurso basado en la «esperanza» que supone la vacuna frente a la COVID-19. «Debemos impulsarla con toda nuestra fuerza», ha expresado el secretario general del PSOE, que ha asegurado que «simboliza progreso frente a superstición», «ciencia frente a ignorancia» «servicio público frente a dinero», «Europa frente a egoísmo nacionalista» y «esperanza frente a miedo». En medio de esa enumeración, Sánchez ha señalado que supone, además, «solidaridad frente a orden de privilegio». Esas palabras se producen un día después de que el PSOE haya reclamado la dimisión a sus cargos públicos que se salten en orden de vacunación, como ha ocurrido con un puñado de ediles. La organización les ha suspendido cautelarmente de militancia, pero les pide que vayan un paso más allá renunciado a su puesto público. La petición se produjo mientras la ministra de Defensa, Margarita Robles, espera las explicaciones del Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Miguel Ángel Villarroya, que se vacunó dentro de un proceso que ha puesto en marcha las Fuerzas Armadas y que contempla la administración de la vacuna al personal sanitario militar y «supuestos excepcionales» que el Ejecutivo no aclara. De momento, Interior ha cesado al Guardia Civil que se benefició de ese procedimiento. Los socialistas han elegido Barcelona para la celebración de ese cónclave a las puertas de las elecciones catalanas y Sánchez ha aprovechado para ensalzar la «generosidad» de Miquel Iceta por apartarse y dejar paso a Salvador Illa al considerar que tiene más posibilidades de llegar a la Generalitat. «Quien tenía derecho a ser candidato renunció a serlo y quien no aspiraba ello lo aceptó sin ambicionarlo. Eso se llama generosidad», ha alabado. «Illa es el hombre que Catalunya necesita», ha expresado Sánchez, que ha lanzado varios dardos a los independentistas al asegurar que la pretensión del todavía ministro de Sanidad es «servir a los catalanes y no servirse de los catalanes». Sánchez se ha referido con nitidez al intento por ahora fallido del Govern de retrasar las elecciones al 30 de mayo. «Se ha discutido mucho de fechas, son lo de menos, lo importante es el respeto a las reglas democráticas», ha dicho el presidente después de que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya haya suspendido el aplazamiento: «Es inútil que sigan intentando trucos: cuando ha llegado su hora se puede aplazar el cambio, pero no se puede impedir el cambio. Y el cambio se llama Salvador Illa». Sánchez se ha deshecho en halagos para el candidato del PSC: «Es un hombre sensato, trabajador, inteligente y sobre todo un hombre bueno».También la intervención del líder del PSC, Miquel Iceta, ha sido en abierto y ha aprovechado para apostar por la gestión de Illa frente a un «Gobierno dividido y sin rumbo». «El próximo 14 de febrero la elección es clara: o president Illa o más decadencia, más incompetencia y más de lo mismo. Salvador, no solo es compañero y amigo, que sería más que suficiente, es el presidente que quiero para Catalunya, es el presidente que Catalunya merece, el president que Catalunya necesita -ha afirmado Iceta-. Tendremos una oportunidad única para recuperar el tiempo perdido para tener un país mejor, una Catalunya de primera, para hacer bien lo que hemos hecho mal». «Siempre hemos querido una Catalunya de primera y con Illa la tendremos. Ahora nos conviene a todos Salvador Illa», ha zanjado Iceta. Illa ha confirmado que en los próximos días se centrará «al 101%» en la campaña -abandonará el ministerio cuando arranque formalmente- y ha apelado por la unidad frente a la división en Catalunya: «No pienso perder ni un minuto en reproches sobre lo que ocurrió, voy a dedicar todo mi tiempo a lo que podemos hacer los catalanes unidos». El aspirante del PSC ha apostado por intentar seducir al electorado que los socialistas han perdido en los últimos años y también al que nunca les ha votado y se ha situado como «el candidato de toda la gente que quiere pasar página y que quiere avanzar». «No pienso ajustar cuentas con nadie, creo en una Catalunya sin revanchas», ha expresado. «La última ha sido una década en balde, perdida y todos hemos salido perdiendo. Nadie debe sentirse orgulloso de lo que ha sucedido. La solución no vendrá de una parte arrollando a la otra sino de un sentimiento superador, reparador, que venga de lo más profundo de nosotros mismos. La división nos ha debilitado, en cambio, la unión nos hará fuertes frente al miedo, la decadencia y la incertidumbre que ha traído el virus», ha zanjado Illa.Read MoreElDiario.es – ElDiario.es
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